El camino a Qatar 2022 concluyó de la peor manera para el fútbol chileno. Una derrota sin apelación ante Uruguay sentenció una mala campaña, que dejó escasas sensaciones positivas. Una de ellas fue la irrupción de Joaquín Montecinos. Este wing derecho hace dos años estaba en el Ascenso, con la camiseta de Deportes Melipilla; triunfó en Audax Italiano y hoy intenta asentarse en el duro fútbol mexicano.
Corre abril y con la indumentaria del Xolos de Tijuana, junto a su infaltable mate, inicia la charla con Tribuna Andes. Viene de cenar junto a sus compañeros. Sabe que en menos de 24 meses su vida cambió. Tanto que incluso llegó a la selección nacional.
– Su temporada en Melipilla fue tan buena que Audax Italiano decidió ficharlo en 2020. ¿Es mucha la diferencia entre el Ascenso y la Primera División?
No, la verdad es que no hay tanta diferencia. Lo que pasa es que la Primera División es mucho más ordenada, la Primera B es más física, es un poquito más desordenado, a veces los jugadores de Primera tienen mayor calidad, les queda una y te hacen el gol.
En la B quizás pasaba que tenías la chance de que podían errar y el partido siempre quedaba abierto, pero yo siempre lo dije, hay muchos jugadores de Primera B que tienen la calidad para estar en Primera.
– Se alaba que corre cada pelota como si fuera la última. ¿Cómo toma ese reconocimiento de la gente?
Es lindo, porque al final uno entra a la cancha y a veces se olvida de lo que pasa afuera, pero uno entrega muchos mensajes dentro de la cancha. Yo como soy adentro, vivo afuera también. Creo que eso también me ha llevado a estar donde estoy, con mucho sacrificio y profesionalismo.
Creo que mi carrera ha sido así y quizás me puedan faltar aspectos técnicos, yo no soy el mejor en ese sentido, tengo muchas falencias, pero trato de suplirlas con entrega, sacrificio, no dar nunca una pelota por perdida y eso contagia.
-¿Cuánto siente que contagia tener compañeros así en un equipo?
Para mí es súper lindo que se te acerquen compañeros como Roberto Cereceda y me diga “eres alguien que trabaja todos los días como si fuera el último y contagias a todos al final, porque yo tengo 37 años, estoy en final de mi carrera y lo que necesito muchas veces es motivación”. Entonces al final lo de entregarse por completo no lo voy a cambiar nunca y lo de ser profesional tampoco, porque es lo que me ha llevado a lograr lo que estoy logrando hoy en día.
Lee el resto de la entrevista con Joaquín Montecinos en el #13 de Tribuna Andes.