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El motivo

Nos gustan las revistas. Nunca nos conformamos con la paulatina desaparición de los semanarios que acompañaron al deporte chileno y el fútbol en particular por más de 60 años. Los tiempos y la tecnología cambiaron los formatos y la inmediatez hizo incompatible la vida de las publicaciones de papel. El declive de los conglomerados editoriales ayudó en esa dinámica. El espacio para la opinión, el análisis con mayor pausa y la mirada de largo aliento cada vez encontraron menos lugares para su desarrollo. Lo mismo sucedió con la fotografía y el diseño. Con envidia observábamos que en Europa, a pesar del nuevo orden que impusieron las plataformas, existía un sitio para este tipo de proyectos.

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Por eso nos rebelamos. A dos décadas del cierre de Don Balón Chile, una parte de ese equipo, que marcó el periodismo de deportes local en la década de los 90, decidió que era necesario intentarlo. Porque la pasión está intacta y creemos en el periodismo que cuenta historias, entrega datos, ilustra y genera reflexión, decidimos a formar Tribuna Andes.

Aspiramos a recoger el testimonio de las revistas que nos enseñaron a leer, de las que nos acompañaron en la adolescencia esperando el Mundial de España 82 y en nuestros primeros años de ejercicio profesional. De las que imprimían tendencia, creaban ídolos, o intentaban explicar las victorias y derrotas. Páginas que permitían descubrir y conocer a los protagonistas de un deporte al que siempre le costó y le seguirá costando.

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Sabemos que la tarea es compleja. La única espalda que tenemos es la nuestra. Solo disponemos del prestigio que construimos a través de 30 años de trabajo en distintas áreas de esta disciplina. Eso tiene un punto a favor: la independencia y libertad que esta profesión exige desde siempre.

La pretensión es entretenerlos y entretenerlas. Apuntamos a acompañar a esa enorme masa que sigue el deporte chileno y en particular a los amantes de un fútbol que resiste barbaridades administrativas, decisiones de aparecidos e incluso una pandemia digna de un cuento de Bradbury.

Esperamos no defraudar.