Ausentes de la fiesta mayor, en Chile observamos una vez más la Copa del Mundo por televisión. A diferencia de Rusia 2018, la Roja nunca estuvo cerca de abrochar su décima participación en la creación de Jules Rimet, el célebre dirigente francés que ideó los mundiales. En esta ocasión serán cuatro los representantes de la Conmebol: Brasil, Argentina, Uruguay y Ecuador. Perú se quedó en el Repechaje ante Australia, en un torneo en el que Lionel Messi buscará despedirse de la cita mayor con el único título que le falta.
En el caso del Scratch, los dirigidos por Tite presentan un plantel exuberante, que augura esperanzas a los torcedores de recobrar la gloria extraviada.
En esta centuria, apreciamos que solo Brasil dio la vuelta olímpica, pero hace dos décadas. La tendencia pudo modificarse en el Maracaná en 2014, pero Alemania Federal se impuso en el alargue a Argentina. El 7-1 de los germanos en el Mineirao de Belo Horizonte, sobre el equipo de Luiz Felipe Scolari, quedó en el recuerdo de la Copa del Mundo. A esta altura el mano a mano de Gonzalo Higuain ante Manuel Neuer y el penal que el meta alemán cometió al “Pipita” quedan en el registro de las anécdotas.
Lo concreto es que solo en 2014 existió la opción de modificar la tendencia. El dato es contundente. Italia, España, Alemania y Francia se consagraron en las últimas cuatro ediciones de los mundiales, rompiendo el equilibrio que conocimos el siglo pasado. Las razones sobre este cambio son variadas, aunque nuestros entrevistados coinciden en que el desarrollo de los torneos de la UEFA y la carencia de organización en nuestro continente es un punto referencial a la hora del análisis.
El columnista brasileño Rodolfo Rodrigues apunta a materias estructurales, que marcaron el derrotero de los equipos de la Conmebol. “El nivel del fútbol europeo ha crecido mucho tras la Ley Bosman, la llegada de la Premier League, la Champions League y la propia profesionalización de los clubes. Aquí en Sudamérica el cambio fue para peor. Los clubes se detuvieron en el tiempo, empezaron a perder jugadores temprano, que se fueron a Europa y las selecciones se debilitaron, con ligas nacionales tampoco tan fuertes. Muchos de los mejores jugadores se fueron de Sudamérica antes de los 20 años, no tuvieron tiempo de adquirir experiencia y tardaron en adaptarse a Europa”.
“Como resultado, se quedaron atrás en los grandes clubes de allí. Por eso vemos cada vez menos jugadores top de Sudamérica en los grandes clubes europeos. Y el reflejo de eso aparece en las selecciones, que prácticamente tienen los mismos grandes nombres desde hace diez años. Países con poca tradición en Mundiales, como España, Bélgica, Portugal e incluso Croacia, se han hecho muy fuertes”, explica el analista de UOL.
Gerardo Pelusso, entrenador uruguayo con pasos destacados en su país, Perú, Colombia, Paraguay y Ecuador, apunta a la organización, aunque reafirma que el talento se mantiene en nuestras canchas: “Hay que tomar en consideraciones algunas cuestiones que sucedieron para que Sudamérica no volviera a ser campeón”.
“En 2014, el campeón del mundo debió ser Argentina, que lo despojaron en la final contra Alemania, con un fallo arbitral, reconocido incluso por los propios alemanes, con un golpe de karate del arquero Neuer a Higuaín. Eso cambiaba el curso del partido. En 2018, sigo pensando que el campeón debió ser Brasil. Era el mejor equipo y fue eliminado por Bélgica, que es una muy buena selección, por un accidente, un autogol de Fernandinho en un córner. Los mundiales son así: en un día, por cualquier accidente perdés y te vas para tu casa. Yo no dramatizo, porque hay una explicación. La ventaja apreciable que el fútbol europeo le sacó al Sudamericano va por otro lado, porque nuestros jugadores están en las grandes ligas y juegan con las figuras europeas”.
El técnico que llevó a Universidad de Chile a la semifinal de la Copa Libertadores 2010 entiende que el problema del fútbol sudamericano radica en la inacción que habitó la Conmebol por tres décadas.
“El fútbol europeo nos sacó una ventaja apreciable porque estuvimos 30 años dormidos, sin hacer nada, desde la dirigencia del fútbol de Sudamérica, mientras los europeos trabajaron y planificaron todo el tiempo. Afortunadamente, con la actual Conmebol, se empezó a trabajar en los últimos seis años en estas cosas. En los clubes hay un problema. El Mundial de Clubes no tiene sentido y se ve que nosotros no estamos compitiendo, pero a nivel de selecciones es otra cosa. Tenemos que mejorar todo lo que está fuera del campo, porque los grandes talentos los seguimos teniendo y nuestros futbolistas siguen siendo los mejores, como por ejemplo Messi, Neymar, más los chicos que están apareciendo. Nos falta organización deportiva, infraestructura, mejorar las competiciones en divisiones juveniles y vender mejor nuestro producto. Dimos 30 años de ventaja”, explica el otrora zaguero central.
En la misma línea de Pelusso se encuentra José Luis Sierra. “Lo primero es que más allá de los cuatro mundiales que se han jugado, con uno solo en Sudamérica, la organización y estabilidad de las selecciones es un factor importante. En Sudamérica somos poco estables, sobre todo con los entrenadores, ni hablar de lo dirigencial. Nosotros cambiamos mucho. En este tiempo hubo crisis en las federaciones de la Conmebol, por el FIFA Gate. Eso nos pasó la cuenta, más allá de que Argentina pudo ser campeón en Brasil 2014. Nosotros le damos poco valor a la organización, somos muy inestables, por decirlo de una manera generosa. Las selecciones y federaciones de Europa tienen más estabilidad, tienen la separación de las ligas y las federaciones, que les da mayor independencia”, explica el entrenador del Al-Wehda de Arabia Saudita.
Desde Argentina, el periodista Diego Borisnky, cuya trayectoria lo vincula a la gran revista El Gráfico, plantea que el formato de los mundiales, con partidos únicos para avanzar de fase, muchas veces no premian al mejor.
“En el Mundial inciden muchos factores, no es como las ligas, donde siempre gana – o casi siempre- el mejor. En los mundiales, como en la Champions, no siempre gana el mejor. El ejemplo más claro es el de Guardiola, que ganó dos Champions. Tuvo cuatro años al mejor Barcelona, tres al Bayern Munich, lleva seis en el City, y en la suma de puntos casi siempre ganó. En la Champions tienes un mal día, 20 minutos de terror, como le pasó al PSG con el Madrid, y te vas. El Mundial también tiene eso”, dice.
“Si hubiera salido campeón Argentina en 2014, que estuvo a nada, porque las situaciones más claras y el que jugó mejor fue Argentina. Sí es cierto que hay una tendencia general de que Europa está mejor y es porque ellos mejoraron mucho, empezaron a trabajar muy bien en las bases, en Bélgica y Francia llegaron jugadores de las colonias, nacionalizados. Nosotros antes nos distinguíamos por la gambeta y ahora la tienen ellos”, analiza el autor de “Gallardo recargado”.
Un factor que es considerado por los entrevistados es la disminución de amistosos para las selecciones sudamericanas, a partir de la creación de la UEFA Nations League. Un torneo que se inició en 2018 y abortó los enfrentamientos con las selecciones europeas, que otorgaban un banco de prueba impagable a las selecciones de la Conmebol.
Rodolfo Rodrigues estima que “la Liga Europea de Naciones ayudó a que el nivel competitivo de los equipos europeos fuera más alto, en las fechas FIFA. Los sudamericanos, en cambio, se quedaron sin oponentes fuertes en esas fechas y sin posibilidades de enfrentar a la escuela europea. Esto complica mucho. Para el 2026, con tantas vacantes para las selecciones de la Conmebol, las Eliminatorias tampoco serán tan competitivas y ese es otro factor negativo.La Copa América, por sí sola, ya no atrae el interés de los equipos, muy diferente a la Euro”.
Borinsky concuerda con el columnista de UOL. “En los últimos años, con la creación de la Nations League, los sudamericanos casi no competimos con los equipos europeos fuertes. Jugar siempre con los mismos achata un poco el nivel. El nivel de las eliminatorias se mantiene, pero falta ese espacio para medirse con los mejores”, explica el comentarista de Cadena 3 de Argentina.
Un juicio diferente plantea Jorge Barraza, exredactor de El Gráfico y director de la antigua revista de la Conmebol. “Hay una serie de condicionantes que provocaron la declinación del fútbol sudamericano, y en especial, bajar el nivel con relación a los europeos, cuando antes nosotros estábamos mano a mano e incluso ganábamos más mundiales que ellos. También es un tema generacional. En un momento se fueron los Rivaldo, los Ronaldo, los Romario, en Argentina hubo una orfandad de grandes figuras, apareció Messi, pero Messi solo”, explicó.
“Él tiene un mérito excepcional: es un subcampeón mundial jugando con Zabaleta, Campagnaro, Biglia, Rojo, Palacio, Higuaín, Enzo Pérez, Lavezzi y Gago -un jugador de buen pie, pero que no era una estrella-. El más ilustre era Mascherano, que era un volante de corte, de fuerza. El arquero, Romero, nunca atajó en ningún club que estuvo. No había argentinos buenos. Brasil también se quedó con un plantel pobre. Eso nos pasó facturas. En este Mundial los cuatro sudamericanos van mucho mejor preparados”, agrega el cronista que en Qatar cubrirá su undécimo mundial.
Copa del Mundo Qatar 2022: Las expectativas de Sudamérica
En este vigésimo segundo Mundial, Brasil y Argentina poseen atributos y presente para aspirar a los puestos protagónicos.
Rodolfo Rodrigues sintetiza las fortalezas del Scratch, la única selección que nunca faltó a la cita: “Brasil llega muy fuerte. A partir de 2020 consiguió encontrar nuevos nombres y le dio una buena renovación al equipo. Esta selección es más fuerte que la de 2018 y tiene opciones reales de ganar el título. Tuvo una campaña invicta en las Eliminatorias, continúa con el competente entrenador Tite y jugadores de alto nivel, como Vinícius Júnior, Neymar, Rodrygo, Antony, Casemiro, Raphinha, Alisson, Ederson, Marquinhos, Gabriel Jesus, Bruno Guimarães y Éder Militão”.
“Además, también cuenta con la experiencia de Thiago Silva, y de otros jugadores que jugaron en el Mundial anterior. De todos modos, Brasil tiene una excelente plantilla y muchas opciones en el banquillo. Es un equipo que viene unido y que encaja muy pocos goles. Queda por ver cómo se comportará ante los equipos europeos. Uno de los problemas de este equipo es el lado emocional. Neymar, que sería el líder del equipo, a pesar de tener 30 años, es muy inmaduro. En los playoffs, si este equipo va en desventaja, le cuesta tener cabeza para darle la vuelta al partido”, agregó.
Barraza también pone sus fichas en la verdeamarelha. “Me preguntan quién va a ser campeón y digo cómo podría no ser campeón Brasil. Le doy vueltas y no veo cómo podría perder este campeonato. Es un equipo que le sobran jugadores. Esos 26 futbolistas que nombró Tite son impresionantes. Lleva ocho delanteros que son infernales. Neymar, Pedro -campeón de la Copa Libertadores con Flamengo-, Raphinha, Richarlison, Vinicius, Gabriel Jesús, Antony, Martinelli. Los dos peores de estos serían extraordinarios para cualquier otro equipo”.
– ¿Y Argentina?
Lleva muchos jugadores buenos. Tiene tres zagueros que son extraordinarios: Cuti Romero, Otamendi y Lisandro Martínez, más el arquero Dibu Martínez, que es buenísimo, ya lo convierten en un equipo serio. Ahora tiene que demostrarlo con funcionamiento. Un dato importante es que los cuatro tienen muy buenos técnicos. Uruguay tiene muy buenos jugadores. Valverde, Pellistri, Araujo, y lo que pueda dar Suárez, en esta etapa otoñal.
Jorge Barraza es columnista del diario El Universo de Ecuador. Desde esa tribuna conoce muy bien el desarrollo y las opciones de Ecuador en el Mundial.
“Van con un equipo muy interesante, al que es muy duro hacerle goles. Avanzó mucho en mentalidad, carácter, físicamente tiene un biotipo extraordinario para Sudamérica, y un técnico perspicaz, como Gustavo Alfaro. Ecuador es el fútbol que más evolucionó en Sudamérica en los últimos 33 años. Su evolución está muy marcada con Dusan Draskovic en la Copa América de 1989, que le gana a Uruguay, empata a Argentina. Ahí mostró las uñas”, dijo.
“Luego cambiaron el biotipo, con jugadores de origen afro. Físicamente avanzaron 10 casilleros. Agregaron carácter y técnica. Es difícil llegarle. Alfaro prioriza lo defensivo, pero le cuesta arriba. Es difícil llevárselos por delante. Tienen una dupla de zagueros centrales excepcional: Félix Torres y Piero Hincapié. Es la mejor dupla de la historia de Ecuador. En el lateral izquierdo tiene un jugador extraordinario, Pervis Estupiñán”.
El análisis va más allá: “Muestran un problema con los arqueros. No da garantías Alexander Domínguez, aunque para algunos debe jugar Galíndez, que tampoco da tantas garantías. En el mediocampo están muy bien. Las figuras pueden ser Moisés Caicedo, que brilla en el Brighton, y Gonzalo Plata, del Valladolid. Es un zurdo que juega pegado a la derecha, como Messi. Destacó en el Mundial Sub-20, muy hábil. No tiene un grupo fácil. Nunca en 21 mundiales el local perdió en el debut”, repasaba el autor de la crónica que desnudó a Roberto Rojas en El Gráfico en 1989.
En el estreno ante Qatar, la escuadra de Gustavo Alfaro rompió esa estadística con los dos goles de Enner Valencia en el 2-0 sobre Qatar.
Sobre la Celeste, Pelusso se muestra optimista: “Tenemos una buena selección, pero lo justo en materia de jugadores top, que son los que hacen la diferencia o sostienen a los equipos frente a las grandes potencias. Uruguay está en la franja de segundo nivel de Sudamérica. Hoy estamos con problemas, porque tenemos algunas bajas importantes”.
La mirada de Diego Borinsky sobre las opciones de Argentina, dirigida por Lionel Scaloni, era optimista. “La veo bien, en un buen momento. Messi está en un gran nivel, contento, bien físicamente, enganchado con la selección. La arenga que dio en el Maracaná con Brasil, en la final de la Copa América, nos sorprendió. Lo vimos más maradoniano que nunca. El equipo aprendió a jugar con él y no para él. Encontró varias posiciones clave, como Cuti Romero en la zaga, un bastonero como Rodrigo de Paul y un goleador como Lautaro Martínez.
Se encontró un funcionamiento y se sacaron la mochila con el título de la Copa América. Brasil está un escalón arriba y hay que tener un poco de suerte. Si Francia va por el lado, que no salga segunda y tengas que verte las caras en octavos. En el 86 se zafó de Brasil y Francia”, decía previo al estreno con Arabia Saudita.
Desde Asia, el “Coto” Sierra muestra su optimismo: “Hay buenas posibilidades, Brasil tiene una gran selección, Argentina llega en un buen momento, de juego, individual y colectivamente. Pienso que puede ser un Mundial que traiga sorpresas por la fecha en que se juega, en una época a la que no estamos acostumbrados. Brasil y Argentina pueden llegar a semifinales. Y con un poco de suerte son campeones. Es el último Mundial de Messi y ojalá que pueda ser campeón”.
El Mundial inunda la primavera de Sudamérica con la esperanza de que la Copa del FIFA vuelva al subcontinente.