Luis Jiménez (37), el muchacho del barrio Franklin, inicia su última temporada como jugador. Una carrera sobresaliente, que concluye en su casa, Palestino. Ahora carga las pilas para su próximo desafío: convertirse en entrenador. Elegido Mejor Futbolista 2021 por el Círculo de Periodistas Deportivos, muestra su preocupación por el bajo momento del medio local.
–¿Luis Jiménez es un jugador chileno o italiano?
Yo creo que me terminé de formar en Italia. Llegar a los 16 años, cuando fui la primera vez, a una prueba, me sirvió mucho. Llegué a un primer equipo (Ternana) siendo juvenil y el fútbol era totalmente diferente a lo que lo que yo jugaba acá en Chile, donde era el 10 clásico, ese que no corría y en Italia estaba desapareciendo. Entonces me tuve que adaptar. De hecho, los primeros años en Italia, participaba en un 4-4-2 y jugaba por fuera. En realidad, jugué desde centrocampista hacia adelante en todas las posiciones: volante central; por fuera, en un rombo -a lo (Andrea) Pirlo-, en la punta del rombo. También de interior. En el 4-3-3 jugué de extremo, jugué de centrodelantero, jugué en el 4-4-1-1 de centro delantero y de segunda punta, que es como el clásico esquema italiano: los cuatro volantes, uno más suelto, detrás del 9.
-Debió ser muy duro ir de Palestino a la Ternana.
Sí, en ese momento era mucho más difícil que ahora. A la primera prueba fui en época de Navidad y Año Nuevo. No recuerdo si fue en 2000 o 2001. Fue raro porque era chico, otro idioma, otro tipo de fútbol. Si bien yo acá estaba jugando en la selección Sub-20, allá en Italia no me conocía nadie. Fue como un favor que le hicieron a un amigo de Carlos América, uno de los empresarios que me compró y que no tenía nada que ver con el fútbol. Era como ‘tráelo y acá lo vemos’, pero no tenían ni idea de qué jugaba. Y uno se da cuenta de eso. Voy a la Ternana y se encontraron con que sí tenía condiciones. Ahí le dicen a mi empresario que querían que me quedara para el torneo de Viareggio, que es súper famoso en Italia. Lo jugué y lo hice bien. Ahí el agente que me había llevado les dice que yo tenía más condiciones de las que habían pensado, que les interesaba, y que me van a llevar al Parma.
Estuve un mes entrenando en el Parma, con Arrigo Sacchi de gerente técnico. Jugaban Taffarel, Fabio Cannavaro, Liliam Thuram, Matías Almeyda, Antonio Benarrivo. Ese año el Parma quiebra, pero igual me hacen una oferta y también la Ternana. Vuelvo a Chile con las dos ofertas. La oferta de la Ternana era mucho mejor y salió bien.