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Jean Beausejour: Misión cumplida

Jean Beausejour dejó el fútbol activo con el ascenso en Coquimbo Unido e inicia la ruta fuera del campo, comentando en ESPN. Su objetivo es ser entrenador, aunque no descarta una estación intermedia.

Una mirada franca de un jugador al que nunca le faltó opinión.

Mediodía veraniego en la zona norte de Santiago, que eligió para vivir. Jockey, mascarilla bien arriba. Cuesta reconocerlo cuando baja de su camioneta. “Esa es la idea”, comenta con una sonrisa antes de un jugo de arándanos.

A fondo con Jean Beausejour

-¿Toma el peso de que es el único chileno que anotó en dos Mundiales?

Es muy difícil hacer un gol en un Mundial; hacer dos es más difícil; y seguido es más difícil. Más en mí, que soy malo para hacer goles.

Es algo que lo valoro mucho. A lo mejor todavía no le tomo el peso, ni se lo voy a tomar nunca o quizás más adelante, pero sí lo veo como algo lindo.

-¿Y cuando hizo el gol contra Honduras, se dio cuenta de lo que había hecho?

Sí. Fue un momento de alegría.

Más que el gol en sí, lo que más me acuerdo era del grupo de Sudáfrica.

De ese proceso para llegar ahí, de lo bien que nos sentíamos, de la confianza que teníamos, de lo que estábamos haciendo, nos gustaba mucho lo que hacíamos, la propuesta. Y eso no es común en el fútbol, no digo que no pasa, pero es difícil que la propuesta del técnico te llene por completo.

-El zurdazo con Australia en Brasil 2014 fue distinto. Sentenció el partido.

Sí, se había enredado y fue lindo, por el marco de público de un Mundial, donde había muchos chilenos. Para mí, Cuiabá es tierra bendita.

-¿En serio? ¿Por qué?

Es tierra fértil. Después se le pudo ganar al campeón vigente del mundo (España), fue algo único.

Con ese gol, mi hijo Joaquín estaba grande, entonces se daba cuenta de las cosas, la familia ni hablar y además en Sudamérica. Tuve familiares que estuvieron ahí.

-Cuando partió en la selección, con Juvenal Olmos en 2004, incluso jugó en la eliminatoria, pero después desapareció. ¿Qué pasó?

Lo explicó de esta manera.

Cuando voy al Servette de Suiza tuve un despertar futbolístico que era con bastante proyección. Hasta yo lo podía sentir. Me tocó debutar en eliminatorias, no sé si a los 19 años. Por eso siempre le digo a los más jóvenes, cuando uno se va al extranjero a temprana edad, que ojalá el club sepa que aún estás en el proceso de hacerte jugador.

Lee la entrevista completa aquí.