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Fabián Estay: “En el fútbol chileno veo más músculo que cerebro”

Desde México, Fabián Estay, mundialista en Francia 1998, afina el ojo, como si fuera a lanzar un pelotazo de 40 metros, y desmenuza el duro presente del fútbol chileno. La mirada de un talentoso que aún no pierde la pasión por la pelota.

Mientras espera el espresso –“con doble carga, por favor”-, un hincha se acerca. “¿Eres Fabián Estay, no? Soy americanista. Felicitaciones por todo”, le dice el transeúnte, mientras el aludido -hoy de 54 años, y comentarista de la cadena FOX Sports- no deja de agradecer.

Lo pasa bien Fabián Estay en México. Y lo reconoce en este café de avenida Presidente Masaryk donde el exvolante decide rebobinar la cinta, detallar su carrera y también analizar el presente del fútbol nacional.

-Fabián, hay tres goles tuyos bien emblemáticos en la selección: a Paraguay en la Copa América 1991,a Ecuador en el camino a Francia 1998 y el gol a Brasil en las eliminatorias a Japón-Corea del Sur 2002…

El más bonito es el que le hago a (José Luis) Chilavert, en la Copa América. Fue un voleo espectacular. Fue un buen centro del Pato Yáñez, un poco alto, en una jugada que yo mismo había empezado con el Coca (Gabriel Mendoza), el Pájaro (Hugo) Rubio, él se la tira al Pato y el Pato tira un muy buen centro y me toca pegarle de volea. Siempre lo practicaba y salió. El gol a Brasil fue en un gran triunfo (3-0), donde pensábamos que íbamos a levantar para Corea-Japón, pero al final fue una de las peores eliminatorias.

Nosotros no seguimos en el proceso después porque perdimos con Uruguay y ya nos empezaron a borrar a todos. Y el gol contra Ecuador, con corte de manga incluido, fue un tema personal de haberme sacado un peso de encima… no, no un peso de encima, yo no entendía por qué la gente estaba en contra mía, porque había esa mala onda conmigo. Fui a calentar y ya me estaban silbando. Entré y nos empataron, pero yo pedía la pelota igual y se dio todo.

– ¿Y por qué estabas enemistado con la gente?

No sé. En ese tiempo estaba (Eduardo) Bonvallet, que en paz descanse, y tenía tendencia a criticar a los que de repente estaban afuera. Marcelo (Salas) e Iván (Zamorano) hacían goles constantemente. Yo nunca fui tan goleador, apenas hice cinco goles por la selección, sí fui más asistidor… No sé si me pasó la cuenta haber jugado tan rápido en los tres equipos más importantes de Chile. Pero yo vengo de la Católica. Es diferente que uno venga de Colo Colo y haya jugado en la U y después en la Católica. Es diferente.

Yo creo que por ahí empezó el tema, yo venía de México y había una mala onda, pero lo bueno es que lo pude revertir. Hubo jugadores que no lo pudieron hacer como Ítalo Díaz, que hace un autogol con Uruguay, el mismo Eduardo Rubio, el hijo del Pájaro (Hugo). Hay muchos que no pudieron revertir toda esa situación y el corte de manga fue una cosa instantánea, en 360 grados.

– ¿Se arrepintió?

No, es lo que sentí en ese momento. Después me abrazaron mis compañeros y me puse a llorar porque lo sentía muy injusto. Los medios y la gente decían que yo era uno de los mejores, junto con Marcelo e Iván. Después voy a Uruguay, contra Paraguay y el profe (Nelson Acosta) no me ponía, no me ponía. Y le dije “no vengo más porque usted no confía en mí”.

-Pensé que ustedes eran muy cercanos…

Siempre tuve una relación cercana, pero acuérdate que yo sólo jugué cuatro partidos eliminatorios y después me llamaron al Mundial porque andaba muy bien en el campeonato regular mexicano. Me vinieron a ver dos o tres partidos, el informe fue positivo y me llamaron ya con Chile clasificado para ir a jugar unos partidos antes de la lista final. En esos partidos salí el mejor jugador. Contra Argentina (0-1), un equipo europeo (Lituania, triunfo de 1-0), contra Uruguay (2-2). Me gané al final la convocatoria, pero nunca lo hablamos, nunca nos sentamos con don Nelson a decir ‘a ver, qué no le gusta’. Nunca, nunca se habló con don Nelson.

– ¿Cómo hubiese andado ese equipo del 98 con Marcelo Bielsa?

Si hubiera… A mí me habría gustado que don Nelson fuera más atrevido, sobre todo contra Brasil en el Mundial. Le dije a (el ayudante técnico Gustavo) Huerta, antes del partido con Brasil, “déjame jugar como volante mixto o de contención”. Me dijo “no, Nelson no quiere, quiere poner más gente defensiva”. Le respondí “pero si a Brasil tenemos que ganar teniéndole la pelota, es la única manera”. Ya al minuto 30 nos tenían dos a cero. Al minuto 15 don Nelson me dice “Fabián, a calentar”. Estuve calentando desde el minuto 15 hasta el 45 y me metió en el segundo tiempo. Me hubiese gustado que hubiese sido un poco más atrevido, entendiendo que fue un tipo muy exitoso.

Te puede gustar o no te puede gustar, pero fue campeón en casi todos lados y llevó a una selección chilena a un Mundial después de mucho tiempo. Pero había que tratar de hacer algo diferente. Teníamos un muy buen equipo. O sea, nunca cambió a Iván para haberle dado un poquito más de descanso. Haber metido al Chamuca (Rodrigo Barrera) o a (Manuel) Neira o al que estuviera ahí.

En un momento, Iván y Marcelo estaban cansados. Ellos siempre siguieron luchando igual, no estoy diciendo que no lo hicieron, pero me parece que con Bielsa podría haber sido algo diferente, entendiendo que Bielsa de repente tiene procesos eliminatorios o una primera rueda o 20 partidos espectaculares y después falla.

No sé si el equipo o el jugador se cansa de tanta información, de tanta presión, de tanto de querer perfeccionar todo. Y le ha pasado, acuérdate en el Mundial de 2002 que se fue en primera ronda o cuando pierde la final de la Copa del Rey con el Athletic de Bilbao.

Lo que sí me habría gustado es que hubiese vuelto Bielsa ahora para tratar de buscar entre las piedras otra gran camada para poder tratar de llevarlos a que intenten tener esa idea futbolística que Chile tuvo en un momento.

-Pero está difícil el presente del fútbol chileno. El torneo local es muy criticado…

En el fútbol chileno veo más músculo que cerebro. Falta el último tercio, con jugadores diferentes, y lo digo con todo el respeto del mundo. O sea, hay jugadores como el Chupete (Humberto Suazo) que todavía marca una diferencia, con 41 años. O sea, algo se está haciendo mal, no porque el Chupete no merezca jugar sino porque no hay otros. De hecho, la Generación Dorada sigue jugando y siento que en la selección también tendría que cumplir, tal vez, un rol diferente, más de acompañamiento, de entrar en los momentos complicados, pero hay que jugársela, hay que intentar hacer algo diferente.

-Pero en las series menores no se ve tanta mejora. De hecho, Chile no clasificó ningún mundial de menores…

Bueno, ahí están los resultados porque no hay una estructura, no hay un proyecto. Ahora trajeron a (Eduardo) Berizzo pensando que iba a hacer lo mismo que hizo (Marcelo) Bielsa, pero no es lo mismo. Ha ganado un partido de nueve, a un Paraguay que está igual o peor que nosotros, pero bueno, ojalá que sea el comienzo de algo importante porque ya la eliminatoria está ahí. Entonces es un todo. El fútbol chileno de repente es un caos, de intereses, de los mismos representantes que potencian a sus jugadores y no se preocupan de sacar jugadores.

-Si un día te llamara la dirigencia de la ANFP para ser gerente, ¿aceptarías?

Nunca descarto nada. Pero primero tiene que haber un proyecto. No sé si Berizzo vino y les presentó un proyecto o la Federación tenía un proyecto para tener una continuidad con los históricos y tratar de potenciar a los jóvenes. Me parece que fue al revés y Berizzo presentó un proyecto. Quiero entender eso, pero no se ha visto mucho trabajo.

Y está el tema de las selecciones menores donde cada uno juega como quiere jugar. Llega un técnico a la Sub-20 y dice ‘yo voy a jugar como yo quiero’. Y no pues. Si ya ganamos dos Copa América de una manera, ya encontramos un rumbo, una idea, potenciemos esa idea a los chicos de la Sub-15 hasta la Sub-20 para que el paso a la adulta no sea tan complicado porque Chile juega así. Obviamente con variantes, de acuerdo con la calidad de los jugadores que tengo, porque todos los sistemas pasan por los jugadores, pero yo no me cierro a nada.

-Si pudieras construir un estilo futbolístico chileno, ¿cómo sería?

En Chile siempre hubo buenos jugadores. Por ejemplo, esta es la generación más ganadora de la historia del fútbol chileno, ¿y en qué se basaba? Primero, tener buenos jugadores, que siempre hemos tenido, pero tuvimos que cambiarle la intensidad, la mentalidad. Eso es muy importante y Marcelo Bielsa lo hizo. Potenció a los jugadores, los disciplinó, los obligó a jugar de manera diferente, a creerse el cuento, a jugar de igual manera de local y de visitante. Quiero esa estructura y esa mentalidad. Eso tenemos que tratar de buscar nuevamente.

– ¿Qué te pareció el aporte de Martín Lasarte y Reinaldo Rueda como seleccionadores?

Lo único que hizo Lasarte fue lograr que, por lo menos, el grupo volviera a estar en una convivencia sana, pero en Chile se han equivocado con los últimos técnicos. No tanto con Berizzo porque tenemos que verlo en una competencia oficial, pero con (Reinaldo) Rueda fueron tres años donde por ahí aparecieron un par de jugadores, pero volvimos a ser el Chile de antes, donde no tenía esa intensidad. Y claro, los momentos también de los jugadores del 2015-2016 después no fueron los mismos, ya no eran tan protagonistas en sus equipos.

A Rueda le fue mal con Chile, después le fue mal con Colombia. Con Lasarte también se trató de buscar otros jugadores y por ahí aparecieron algunos, sobre todo en la parte defensiva, que hubo un recambio, lo de (Ben) Brereton, lo de (Joaquín) Montecinos, que en su momento fue un revulsivo muy importante. Ojalá que Berizzo le devuelva esa intensidad.

– ¿Qué jugadores chilenos del torneo mexicano podrían ser titulares en la Roja?

A mí me gusta mucho Jean Meneses. En el León lo hizo muy bien y ahora en Toluca también es determinante. Jugó más con Lasarte y Rueda que con Berizzo. (Víctor) Dávila está viviendo un momento muy dulce y lo llevaron a un amistoso y ni siquiera lo pusieron. Berizzo puso a (Alexander) Aravena.

El chico mostró muchas condiciones en su primer partido, se asoció muy bien con Alex, pero Dávila puede ser una alternativa. Acá hay calidad. Es un fútbol mucho más dinámico, mucho más intenso que el chileno. (Diego) Valdés va a la selección y juega de volante mixto. Él lo puede hacer, pero acá juega como nueve y medio, está detrás del centrodelantero, está más cercano al área. Él entrega, abre la pelota y se va a meter al área, como en el gol de palomita al Atlético de San Luis en los playoffs. Esa es la posición de Valdés que tal vez en la selección no se la puedan dar por el estilo que quiere imponer Berizzo.

(Valber) Huerta también lo ha hecho bien y no le han dado la posibilidad. Estuvo en el proceso, pero no la han dado la oportunidad.

-Usted aún se apasiona por el fútbol. Ve, comenta, trabaja en esta actividad. ¿Echa de manos jugar profesionalmente?

Sí, claro. La cancha, el olor a pasto húmedo, el entrenamiento. Por eso cuando voy al estadio, a las transmisiones, quiero patear una pelota, pisar la cancha, estar cerca de ahí. Ahora hacemos partidos de leyendas y jugar es volver a vivir para encontrarse con los amigos o con quienes fueron tus rivales. Incluso pronto me tengo que poner una prótesis en la rodilla, por las molestias que tengo de tanto partido, pero sé que igual voy a volver a jugar, soy juguito de pelota.

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-En Chile suele decirse que el torneo mexicano es peor que el chileno…

Desde la época de (Carlos) Reinoso, (Miguel Ángel) Gamboa, (Roberto) Hodge, (Alberto) Quintano, que me parece que el fútbol mexicano es superior. Tal vez en los 90, en Chile equiparamos un poquito porque había grandes figuras, seleccionados argentinos, seleccionado boliviano, había de todos lados, se pagaba bien.

Hoy el periodista que no conoce dice que el fútbol mexicano es menor al chileno y yo creo que no. Lo digo con todo respeto. Siempre ha defendido el fútbol mexicano porque es mucho más intenso.

Hay que estar muy bien físicamente porque vas a jugar a Toluca, a casi 3.000 metros de altura y juegas a las 12 del día. Vas a Monterrey en invierno y hace muchísimo frío, pero vas en verano y hacen 50 grados. Entonces siempre tienes que estar muy bien físicamente y es un fútbol muy competitivo.

En Chile hay un desconocimiento.

-Qué llevaría de México a Chile…

Primero, la infraestructura. Eso es importante. La parte salarial dependerá de las sociedades anónimas. Hoy el fútbol chileno está copado de representantes, que no aparecen, pero sí sabemos que están. Y al final buscan potenciar sus jugadores, no están preocupados de hacer crecer al fútbol chileno.

También me gustaría tener en Chile la solvencia de las empresas de acá, que se potenciara más el tema económico, que fuera más transparente y que la gente invirtiera para potenciar el fútbol, para que los chicos trabajan mejor. Hay equipos que lo hacen, como Católica, que está constantemente sacando jugadores. Me gustaría que la U se potenciara, que tuviera su propio estadio. Que el Santa Laura fuera diferente, que la cancha de Audax en vez de pasto sintético tenga pasto natural.

Son cosas así puntuales para potenciar el fútbol chileno. Pero todo pasa por lo económico. No puede ser que un equipo que va a participar en la Copa Libertadores tenga un presupuesto de dos millones de dólares. Antes había un presupuesto mucho más alto, se arriesgaba a competir y hoy la Copa Libertadores te genera mucho dinero si tú vas pasando etapas.

Entonces, por qué no invertir. Con mayor poder económico y asociándose a empresas importantes, yo creo que el fútbol chileno puede crecer muchísimo.