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Chile y su octubre decisivo

Lo peor en el fútbol es hacerse trampas en el solitario. En Chile es normal que los partidos se anticipen y luego expliquen sin rivales. El deseo, las ganas y el querer juegan un papel preponderante, sobre todo cuando salta a la cancha la selección chilena. Después de las dos fechas iniciales con Uruguay y Colombia, rumbo a la Copa del Mundo de 2026, el saldo es el que muestra la realidad. Un empate en Santiago con los cafeteros y una derrota clara, predecible además por el peso de la historia, en Montevideo.

Sin embargo, el afán de autoengaño, el clic fácil, la cuña justa y rimbombante, con la finalidad de quedar bien con la gallada y las redes sociales, determina que no se observe lo que sucedió la noche del martes en el maltrecho campo del Monumental.

Alexis Sánchez en un entrenamiento de la Selección Chilena, previo al partido de eliminatoria contra Colombia

La Roja con un nuevo maquillaje

Nuestro director, Danilo Díaz, analiza las opciones de La Roja

previo al partido contra Colombia en el Monumental.

El cuadro de Eduardo Berizzo, en un duelo cerrado, impecablemente analizado en El Mercurio por el periodista Claudio Herrera, prevaleció en el trámite. La Roja dispuso de cuatro situaciones claras en el primer tiempo, le anularon un gol en el complemento y en el epílogo, Diego Valdés acarició la gloria y quizás cambiaba su condición en el paladar de la gente, cuando el portero Camilo Vargas envió al córner un derechazo casi frontal. Colombia casi no pateó al arco, Brayan Cortés tuvo una jornada tranquila, donde apenas descolgó un par de centros.

Mérito enorme de Chile, porque supo defender y contrarrestar a un adversario que en los papeles lo aventajaba de manera notoria. Si alguien tiene alguna duda, pruebas al canto: cuando se lesionó el zaguero central Yerry Mina (Fiorentina) lo reemplazó Davinson Sánchez, del Tottenham de la Premier League. Si Miguel Borja fuera chileno, lo más probable es que era titular en la Roja. El entrenador Néstor Lorenzo ni siquiera citó al centrodelantero de River Plate. Un par de ejemplos que permiten contextualizar la diferencia de fuerzas que se presentaban en Macul.

Por eso es rescatable el trabajo de la selección nacional, que por una hora fue superior al rival. El partido se enredó cuando Lorenzo refrescó de tres cuartos de cancha en adelante con James Rodríguez, Juanfer Quinteros, Jhon Córdoba y Luis Siniestierra. En ese lapso, los cafeteros manejaron la pelota, pero sin profundidad, quizás con la intención de bajar el ritmo de un pleito que nunca se les acomodó.

Una eliminatoria doble

Danilo Díaz aborda el presente de Chile en la víspera del inicio

de la eliminatoria rumbo al Mundial del 2026

El tema es que lo que mencionamos da lo mismo, porque el trámite del partido no se aprecia, se olvida, y al final lo único que vale es que supuestamente Chile tenía que ganar porque así los estableció el imperio de las expectativas. Entonces, Berizzo es el responsable de todos los males del fútbol nuestro y se tiene que ir. Se olvida de que venimos de dos eliminaciones consecutivas y
hace 10 años no vamos a un Mundial Sub-20.

Esta selección juega mucho mejor de la que terminó la eliminatoria anterior, se aprecia más colectiva, con las carencias que conocemos desde 2017, cuando de manera sostenida nos fuimos quedando sin gol. Luego de inclinarse con largueza ante Uruguay, la selección fue capaz de levantarse, competir y terminar frustrada porque no obtuvo lo que el desarrollo del duelo demandó.

Se cuestiona a Berizzo porque no reemplazó a Arturo Vidal. Es posible que pudo salir antes, pero el volante del Paranaense batalló y sólo pidió el cambio cuando no dio más. Sostener que al técnico le falta autoridad o carácter es un despropósito. De lo contrario no habría dejado fuera de la citación a Claudio Bravo.

El eterno baile de las falsas promesas

En tiempos de inestabilidad y violencia,

persiste el eterno baile de las falsas promesas.

La realidad es que el seleccionador miraba a la banca y no disponía de alternativas para una batalla de alto fragor. Chile carece de opciones en ataque y por eso recurrió a Alexis Sánchez, que no jugaba desde junio. Igual, con pinceladas, el tocopillano se las arregló para estar en casi todas situaciones de riesgo e incluso perdió un gol que agigantaba su leyenda.

Chile está en carrera en la lucha que le corresponde: pelear por el sexto lugar o bien el séptimo para ir al Repechaje. Muestra un alza en el funcionamiento, el entrenador encontró en Matías Catalán y Rodrigo Echeverría dos cartas más para la baraja, aunque sabe que las necesidades en la ofensiva apremian. Relevante que en el Monumental recobrara valor Ben Brereton.

Los partidos frente a Perú y Venezuela, en menos de un mes, marcarán el futuro. Con seis puntos, el equipo se acomodará bien en la tabla. Cuatro darían aire. Una cosecha inferior desatará la tormenta, donde lo más probable es que el entrenador sea el gran damnificado.